EN | EtherCAT Terminals: The fast all-in-one system

Oppent – Mobile Robots for any kind of need

VÍDEOS DESTACADOS

Skip to main content

El 27 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU decidió designar el 31 de octubre como el Día Mundial de las Ciudades, instando a los Estados, al sistema de las Naciones Unidas, en especial al programa ONU-Hábitat, a las organizaciones internacionales, a la sociedad civil y a todos los agentes a celebrarlo y a concienciar acerca de esta cuestión. La ONU, consciente de que el crecimiento de las ciudades provocará que en el año 2050 el 67% de la población mundial vivirá en la ciudad, propone un crecimiento sostenible de las mismas para evitar la proliferación de barrios marginales, mejorar el acceso a los servicios urbanos básicos, favorecer las políticas de viviendas inclusivas, generar posibilidades de empleo y crear unas condiciones de vida seguras y saludables.

En las ciudades, la energía es uno de los factores principales para su desarrollo, ya que se requiere para el desarrollo de la industria, el transporte, la distribución de agua, la producción de alimentos, el comercio y para los edificios. Y se da la circunstancia de que la mayor parte de estas actividades suceden bien en las propias ciudades, bien a su alrededor. De hecho nuestras ciudades consumen cerca del 75% de la energía global primaria y emiten entre el 50-60% de los gases de efecto invernadero del mundo, cifra que alcanza el 80% si se incluyen las emisiones indirectas provocadas por los habitantes de las ciudades.

Los edificios son grandes consumidores de energía en todas las fases de su existencia, tanto en la fase de construcción como a lo largo de toda su vida útil. En Europa suponen alrededor del 40% de la demanda de energía primaria y son los responsables del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, es inviable pensar en ciudades sostenibles sin tener en cuenta el factor energético y el sector de los edificios. El programa HABITAT de la ONU ahonda en esta cuestión asegurando que los edificios tienen un potencial enorme de ahorro energético, proponiendo tener en cuenta conceptos de edificación verde y bajo consumo y principios de diseño pasivo, adoptando estrategias bioclimáticas y reduciendo la demanda energética para reducir la energía necesaria para calentar o refrigerar los edificios. Además, indica, los ahorros se pueden llevar a cabo integrando calefacción eficiente, aire acondicionado, insolación, alumbrado y el origen de fuentes de energía renovable.

En consonancia con todo esto surgió desde hace años el concepto de Smart City, o ciudad inteligente, como aquél en el que las nuevas tecnologías y la eficiencia aplicadas a todos los sectores pueden hacer mejorar la calidad de vida de los ciudadanos e impulsar un nuevo modelo de ciudad. La innovación social, la gestión inteligente de infraestructuras y servicios, la mejora de la movilidad urbana o la gestión de la eficiencia energética en sectores como la edificación son algunos de las áreas de trabajo que existen alrededor de lo que se define como ciudad inteligente. Pero se trata de un concepto que todavía genera dudas, en el sentido de que no está claro en qué momento una ciudad pasa a ser una ciudad inteligente, como se dedujo en el congreso ‘Smart City in Focus’, celebrado el pasado mes de septiembre en la ciudad china de Yinchuan, donde se dieron cita 105 países. En dicho congreso se puso el foco en el aspecto que debe ser considerado el centro de las ciudades sostenibles e inteligentes: los ciudadanos y las necesidades reales de estos en un nuevo modelo de ciudad. ¿Se benefician realmente de todo lo que entendemos que define a una ciudad inteligente? ¿Se hace partícipe al ciudadano en el diseño de una ciudad inteligente?

Se trata sin duda de reflexiones que deben hacerse y que, en el sector de la edificación, tienen también su aplicación. Los edificios pueden contar con las instalaciones y tecnologías más modernas, con sistemas domóticos o con un nivel de aislamiento térmico y una estanqueidad excelentes, pero serán finalmente los usuarios, los verdaderos protagonistas, los que habiten en esos edificios y los que deban aprovechar las ventajas que estos ofrecen porque si no, no estarán ofreciendo la mejora de la eficiencia y la calidad de vida para las que fueron diseñadas. Las ciudades sostenibles e inteligentes deberán estar habitadas por ciudadanos informados y concienciados y con este objetivo, centrados en los edificios, trabaja cada día la Fundación La Casa que Ahorra, que el próximo 31 de octubre se sumará al Día Mundial de las Ciudades.

Este mes de octubre la ciudad de Quito acoge la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Sostenible-Hábitat III, una cita internacional que se celebra cada 20 años en la que se dan cita gobiernos, entidades locales, sociedad civil, empresas e instituciones académicas, que tiene como objeto debatir sobre los desafíos de la urbanización a escala mundial y revisar las políticas que afectan al futuro de las ciudades, con el fin de generar una Nueva Agenda Urbana para el siglo XXI.

#DMCiudades
#smartcity
#eficienciaenergetica
#ciudades
http://onu.org.pe/dias-internacionales/dia-mundial-de-las-ciudades/
https://habitat3.org/