— Las Naciones Unidas ha puesto en marcha con el estudio de diseño estratégico GRAND una serie de iniciativas para promover la perspectiva de género mediante la innovación que se pueden aplicar también a las empresas industriales.
— El diseño y la transformación digital son claves para que las empresas generen un impacto positivo en la sociedad mientras son económicamente rentables.
Pymes, start-ups o multinacionales se enfrentan a una serie de nuevos desafíos que están más de actualidad que nunca, como la sostenibilidad o la inclusión.
El estudio de diseño estratégico GRAND lleva años trabajando con las empresas en esta dirección, puesto que se reclama a las marcas no sólo que colaboren con su entorno, sino que estén al servicio del mismo. Que generen un impacto positivo en la sociedad mientras son económicamente rentables.
Y ahora, trabajan mano a mano con las Naciones Unidas, explorando nuevas soluciones y enfoques integrados para un cambio transformador y sistémico.
«Hasta ahora se actuaba reactivamente a medida que surgían las necesidades. Pero la sociedad ahí fuera avanza más rápido que en los despachos y no hay un solo futuro, sino múltiples escenarios futuros sobre los que hay que reflexionar utilizando metodologías ágiles que nos permitan actuar desde la empatía. Las personas son el núcleo de lo que hacemos, por eso hay que escuchar activamente a todos los stakeholders, para conseguir el cambio organizacional, diseñar estrategias, productos y servicios que generen un cambio positivo en la sociedad y, igual de importante que lo anterior: medir ese impacto en términos económicos, ecológicos y sociales», dice Enrique Grandía, fundador del estudio de diseño estratégico de Madrid.
Por eso desde hace un tiempo se habla menos de user-centered design, sino del diseño «Human Centered Design» o incluso de un «Planet-centered approach»: concebir productos y servicios colocando al planeta en el centro de las decisiones estratégicas.
La sociedad por encima del individuo.
La transformación digital, también clave para la igualdad de género
Puede parecer contradictorio que la tecnología pueda humanizar a las empresas, pero realmente es una fuerza transformadora para el cambio.
Por ejemplo la inteligencia artificial (IA), ha puesto sobre la mesa ciertos debates filosóficos que requieren de honestidad en la toma de decisiones y la ética en los negocios. Por eso, por su naturaleza y alcance, obliga a la transparencia de los datos y puede hacer que sea más fácil conseguir un impacto social puesto que permite materializar el propósito y llevarlo a los últimos rincones de la compañía incluído su modelo de negocio.
«Es importante que las empresas tengan su propia Agenda 2030 con objetivos como la Transformación digital para desarrollar una estrategia de crecimiento sostenible a largo plazo que les permita prepararse para la diversidad, equidad e inclusión a todos los niveles, tanto micro (en nuestros clientes) como macro (en la sociedad)», dice Enrique Grandía, de GRAND.
La Covid-19 hizo saltar por los aires muchos de los escenarios que dábamos por sentado, especialmente los que se basaban en desequilibrios que han dejado de sostenerse, y por eso los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 han marcado una serie de estrategias y desafíos concretos también para empresas industriales.
