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Dalkia explota instalaciones de calefacción urbana, que a menudo funcionan con gas, recuperación deenergía residual y residuos de fueloil pesado, a veces con cogeneración, y que permite vender electricidad a los distribuidores. En Mantes-la-Jolie, la empresa ha decidido construir una nueva planta utilizando la biomasa como combustible, es decir, madera no tratada, libre de cualquier producto químico (como pinturas y barnices), desmenuzada con una granulometría y una higrometría calibradas. Este recurso combustible se obtiene de palets triturados, poda de árboles urbanos y residuos vegetales o desrames de bosques cercanos. La recogida de este material, inútil para la industria de la transformación de la madera, se realiza en un radio de 80 km alrededor de la planta de Val Fourré.

 

Reducir la dependencia de las energías fósiles

 

La empresa belga Vyncke, especializada en la construcción de calderas de biomasa, fue la seleccionada para instalar, en esta nueva planta, dos calderas de 8 MW cada una, así como todos los equipos necesarios para su funcionamiento. Esta planta es capaz de suministrar en un año el 70 % de la energía necesaria para la calefacción y el agua caliente sanitaria de las 5.500 viviendas de Val Fourré y de los equipamientos colectivos circundantes, como la escuela, el instituto, el polideportivo, los centros administrativos y el centro hospitalario François Quesnay. Así pues, la planta de gas existente dejará de ser la fuente principal de energía para pasar a convertirse en una fuente de apoyo. Con ello, la huella de carbono se reduce considerablemente.

 

Una grúa puente con componentes de elevación Verlinde totalmente automatizada

 

Esta nueva planta de biomasa, que funciona 24 horas al día, cuenta con la supervisión permanente de dos operarios. Por lo tanto, la automatización se puede aprovechar al máximo, sobre todo en lo que respecta a la alimentación continua de las calderas. Simplificando, con el gas bastaba con abrir y cerrar una llave de paso. Con la biomasa, el combustible sólido requiere otra operativa, especialmente en cuanto a su almacenamiento y a la alimentación de las calderas. Los tres depósitos de combustible se llenan durante el día mediante camiones. Cada caldera tiene su propio depósito. Dichos depósitos, al estar dotados de un fondo sin fin, permiten ir alimentando constantemente el combustible. El tercer depósito sirve de zona de almacenamiento de reserva, para alimentar las calderas por la noche y, en caso de necesidad, de día o ininterrumpidamente durante tres días. La grúa puente con componentes Verlinde de 6,3 toneladas de la clase 5M, completamente automatizada, es el elemento esencial de la gestión de la zona de almacenamiento de la madera triturada y de la alimentación continua de las calderas.

 

Una zona de almacenamiento de reserva perfectamente cuadriculada

 

Para automatizar al máximo la zona de almacenamiento principal, se ha cuadriculado virtualmente en treinta espacios cuadrados de dimensiones idénticas. La grúa puente con componentes Verlinde está equipada con una cuchara de 3,5 toneladas con un volumen de 5 m3 y una capacidad de carga máxima de 1,5 toneladas. Esta grúa lleva un autómata en el carro. El autómata, que se encarga de gestionar también la unidad hidráulica de la cuchara y los sistemas de seguridad de sobrecarga o de inclinación, está permanente conectado mediante una conexión WiFi segura a otro autómata de la instalación, un Simatic de Siemens. Este último tiene en su memoria la cuadrícula de la zona para poder organizar de manera homogénea la recogida del combustible. De esta manera, gracias a un sensor instalado en la cuchara, el sistema sabe qué altura de material hay en cada celda de la cuadrícula. A medida que van llegando los camiones cargados de astillas, la grúa puente traslada el material de la zona de descarga de los camiones a la zona de almacenamiento, dirigiéndose siempre a la celda idónea para depositar la carga.

 

El desplazamiento de la grúa puente (30 m longitudinalmente, 16 m transversalmente y 13 m verticalmente) se realiza con total seguridad gracias a más de un centenar de sensores, codificadores absolutos y finales de carrera de rodillo. Para lograr un plus de seguridad, todos los dispositivos están duplicados y todos los sistemas inteligentes instalados en la grúa puente se comunican con los operarios. La grúa puente es una herramienta indispensable para el funcionamiento de esta planta térmica, ya que tiene que alcanzar una productividad de 140 m3/h de material transportado. Por ello, para satisfacer estas especificaciones, la velocidad de elevación es de 20 m/min, y la velocidad de desplazamiento horizontal es de 63 m/min. La velocidad variable, tanto de ascenso/descenso como de traslación, se ha conservado, puesto que evita picos de corriente y, al mismo tiempo, permite arrancar más suavemente, además de limitar el balanceo de la carga durante el traslado. También se ha conservado el control inalámbrico, ya que simplifica las operaciones manuales.

 

El cumplimiento de las especificaciones, el respeto de los plazos, la fiabilidad de la maquinaria y la disponibilidad del personal fueron, para Jérôme Béarelle, responsable del proyecto en Vyncke, elementos determinantes a la hora de elegir Verlinde para un proyecto en que la automatización resulta un factor clave de la productividad de las calderas de biomasa.

 

VERLINDE es:

 

-El primer fabricante y exportador francés de equipos de elevación y manipulación de cargas.

 

-Una gama de 30 familias de equipos de elevación para cargas de 60 a 250.000 kg.
-Certificado de calidad ISO 9001.
-Certificación del sistema de gestión ambiental ISO 14001.

 

En Francia: una red de agencias comerciales, estaciones de servicio posventa, unidades de fabricación de grúas puente EUROPONT en Francia, Bélgica y Holanda, y una red de distribuidores.

 

En el resto del mundo: un interlocutor a su lado en más de 55 países.

 

www.verlinde.com