Cuando la producción se detiene inesperadamente, afecta a toda la cadena de suministro, provoca retrasos en la entrega de productos y la pérdida potencial de confianza por parte del cliente. Desde un punto de vista financiero, los costes pueden ser sustanciales, desde la pérdida de ingresos y el pago de horas extra a los trabajadores hasta gastos ocasionados por las reparaciones de emergencia. El tiempo de inactividad frecuente puede dañar los equipos, acortar su vida útil e incrementar los costes de mantenimiento.
La termografía es una potente herramienta para el mantenimiento preventivo en el ámbito de la fabricación que consiste en utilizar cámaras de infrarrojos para detectar patrones térmicos y anomalías en los equipos. Al identificar zonas con un calor excesivo, que a menudo son el indicio de posibles averías, la termografía permite a los equipos de mantenimiento abordar los problemas antes de que acaben en un costoso tiempo de inactividad no programado.
Una de las principales ventajas de la termografía es su naturaleza no invasiva. La termografía se realiza mientras el equipo está en funcionamiento, minimizando así el trastorno de la producción. Este enfoque proactivo ayuda a identificar problemas como fallos eléctricos, desgaste mecánico y fallos de aislamiento en una fase temprana. Por tanto, mejora la fiabilidad y la eficiencia de la maquinaria, prolonga su vida útil y reduce los costes de mantenimiento.
La termografía también proporciona datos valiosos que se pueden utilizar para seguir el estado de los equipos a lo largo del tiempo. Este enfoque basado en datos permite tomar decisiones de manera más informada y planear mejor las actividades de mantenimiento. Por tanto, la termografía es un componente fundamental de una sólida estrategia de mantenimiento preventivo al garantizar la continuidad y la seguridad de las operaciones.
Si bien la formación puede ser impartida por organizaciones como el Infrared Training Centre o por internet a través de la FLIR Academy, FLIR ofrece también un amplio soporte dirigida tanto a técnicos experimentados como sin experiencia en la monitorización de sus equipos. Por ejemplo, las cámaras de las series FLIR Exx y Txxx pueden ser configuradas por un usuario con experiencia para que siga una “ruta de inspección”, de modo que quienes tengan poca o ninguna experiencia puedan seguir la misma ruta. La cámara guía al operador para que tome lecturas exactas y útiles, preseleccionando los ajustes y los parámetros en función de las necesidades. Al finalizar la inspección, las imágenes térmicas se pueden sincronizar de forma inalámbrica para obtener un informe previamente elaborado que facilita el análisis y la interpretación.
Esto puede sonar complicado, pero es un proceso que, una vez configurado, permite a los técnicos sin experiencia capturar datos valiosos. Todo está diseñado para proporcionar información acerca del estado de los equipos en fábricas o plantas de producción.
Si sus equipos de mantenimiento siempre están haciendo de “bomberos”, en alerta máxima o esperando a reaccionar urgentemente a fallos en los equipos, ha llegado el momento de invertir algo más de tiempo y energía en adelantarse al tiempo de inactividad imprevisto y monitorizar el estado de los equipos. Una de las mejores maneras de llevarlo a cabo es mediante la termografía, que puede ser tan asequible como lo necesiten las empresas, para lo cual hay formación o herramientas de inspección guiada disponibles para cumplir los requisitos de los técnicos e ingenieros responsables de mantener el tiempo de actividad de los equipos.